Durante el verano, los duraznos representan mucho más que una simple delicia refrescante: según los expertos, ofrecen una combinación única de hidratación, beneficios para el cerebro y el apoyo cardiovascular, todo encerrado en una fruta con una pulpa suave y sabrosa.
Según los datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), los duraznos están compuestos de aproximadamente el 89% del agua, un valor que los hace entre las frutas más hidratantes, justo detrás de Angurie y Meloni. En comparación con otras frutas avellanas, como ciruelas y netos, los duraznos no solo contienen una mayor cantidad de agua, sino que también ofrecen antioxidantes similares con una ingesta de calorías más baja.
Un aspecto particularmente interesante es que la hidratación ofrecida por los duraznos es más efectiva que la obtenida solo con agua. De hecho, gracias al contenido de los electrolitos naturales, estos pueden ayudar a reintegrar y retener mejor los líquidos, un factor crucial en los meses más calurosos o en caso de sudoración intensa.
Una mezcla perfecta para el sistema de corazón, intestino e inmunitario
La nutricionista Vandana Sheth, una experta en alimentación con sede en Los Ángeles, subraya que los duraznos representan una fuente natural de fibra, vitamina C y potasio. Estos tres nutrientes fundamentales ayudan a mejorar la digestión, fortalecen el sistema inmunitario y apoyan la salud del corazón.
Una fruta de tamaño mediano contiene aproximadamente 285 miligramos de potasio, un mineral esencial que juega un papel clave en numerosas funciones corporales: transmisión nerviosa, contracción muscular, equilibrio líquido, presión arterial y salud cardiovascular.
Este valor excede el contenido de muchos suplementos electrolíticos disponibles en el mercado y cubre aproximadamente el 8,4% del requisito diario para los hombres y el 11% para las mujeres, como lo indican los Institutos Nacionales de Salud.
Sin embargo, gran parte de la población estadounidense no asume lo suficiente, un factor que, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Flavonoides y carotenoides
Los duraznos contienen flavonoides, compuestos vegetales conocidos por su capacidad para reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y apoyar la memoria y las funciones cognitivas. A su lado hay carotenoides, pigmentos naturales que luchan contra la inflamación, protegen la piel del daño del sol y, según los estudios preliminares, podrían tener efectos antitumorales.
Como explicó la profesora Mary Ann Lila, experta en el Instituto de Plantas para la Salud Humana de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, los Peaches combinan dos familias de pigmentos rara vez presentes en otras frutas o verduras. Esta combinación es lo que le da a los duraznos a su color cálido y brillante, pero sobre todo un valor nutricional de valor.
La pulpa y la piel de la pesca cruda también proporcionan aproximadamente el 4% de las necesidades diarias de la vitamina A y el 13% de la vitamina C, así como un gramo de fibras que favorecen el bien intestinal.
Cómo disfrutar los duraznos de una manera saludable
Aquellos que están atentos a la contribución de los azúcares, cada pesca puede contener hasta 13 gramos, pueden equilibrar el índice glucémico de la fruta combinándolo con proteínas o grasas saludables. Esta estrategia ayuda a retrasar la absorción de azúcares y mantener el azúcar en la sangre estable, explica Sheth, quien también es especialista en educación y cuidado de la diabetes.
Algunos ejemplos prácticos incluyen: duraznos en rodajas en pan de trigo integral con mantequilla de almendras, adición de duraznos en yogurt o cereales matutinos, batidos y proteínas vegetales a base de pesca, o duraznos a la parrilla con una pizca de canela o chile para un toque picante.