Un estudio científico ha revelado que las parejas que comparten habitualmente fotografías románticas en las redes sociales suelen ser menos felices que las que no lo hacen. He aquí por qué…
Parejas besándose, parejas sonriendo frente a otra puesta de sol, parejas que parecen felices pero tal vez no lo sean. Un fenómeno muy extendido, el de las fotografías románticas publicadas en las redes sociales, que en realidad podrían ocultar sentimientos de inseguridad y fragilidad relacional.
Esto no lo confirma otro rumor, sino una investigación científica en la Universidad de Kansassegún el cual las parejas están acostumbradas a compartir publicaciones románticas online tienden a estar más insatisfechos en comparación con aquellos que no lo hacen regularmente. A pesar de las apariencias.
Las propias redes sociales tendrían un impacto negativo en la relación, especialmente cuando uno de los dos miembros de la pareja no comparte la tendencia a la sobreexposición virtual: de hecho, a muchas personas no les gusta que su pareja revele demasiados detalles sobre su vida íntima en línea.
También son interesantes en este sentido: resultados de una encuesta lanzado por la comunidad de fotografía en línea “Skotkit”, que entrevistó a más de 2000 personas, de entre 18 y 50 años, en una relación.
Se pidió a los participantes que calificaran su relación en términos de intimidad, comunicación y confianza, y que indicaran la cantidad de “contenido de pareja” que compartían en línea.
Se descubrió así que el 52% de los entrevistados publicaba regularmente en Internet fotografías de pareja, es decir, 3 veces por semana o más, el 16% sólo una vez por semana, mientras que el resto de los entrevistados ocasionalmente (24%) o nunca (8%).
Bien, sólo el 10% de los que publicaban regularmente describieron su relación como “muy feliz”en comparación con el 46% de los que nunca (nunca o casi nunca) compartieron contenido online.
Por supuesto, no se puede agrupar todo, pero es innegable que hay parejas que utilizan las redes sociales para hacer alarde de una felicidad más falsa que real, tal vez por espíritu de competencia o por la necesidad de ocultar sus fragilidades.
FUENTES: Noticias Ku/shotkit