Unos minutos al día. Una caminata, un momento al aire libre, la cara frente a la luz. Solo 20 minutos de exposición al sol Pueden desencadenar un mecanismo precioso: Producción de vitamina Duna molécula extraordinaria que nuestro cuerpo resume naturalmente y que actúa profundamente en el sistema inmune.
Solo hablamos de buen humor. La exposición solar favorece la síntesis de esta hormona vitamina que, una vez activada, estimula la producción de péptidos antimicrobianos como el catelicidinamoléculas capaces de destruir virus, bacterias y hongos. Es un proceso silencioso y poderoso, que tiene lugar en nuestro cuerpo cuando lo alimentamos con luz natural.
Es como si el sol activara una “droga” interna: La vitamina D es, de hecho, una de las armas más antiguas y versátiles de nuestra inmunidad innata..
La vitamina D es una molécula “pro-supervivencia”
Para confirmar lo que ya sabíamos (y tal vez subestimamos) un Revisión publicada en 2017 en The Scientific Journal Terapéutica clínicafirmado por Salvatore Chirumbol, Geir Bjørklund, Andrea Sboarina y Antonio Vella.
Según los investigadores, la vitamina D se comporta como uno Molécula “pro-subvival”o un elemento esencial para el supervivencia celular y el Regulación del sistema inmune. No solo actúa para reducir la inflamación, sino también ayuda al cuerpo a responder de manera efectiva y rápida a las infeccionesapoyando los procesos de eliminación de los patógenos y la restauración del equilibrio interno.
La acción de la vitamina D, explica a los autores, va mucho más allá de la salud de los huesos: Participa en el ajuste del automóvil, el manejo del estrés oxidativo y la protección del ADN celular. Una especie de director silencioso, que trabaja en profundidad para mantenernos saludables.
Según la revisión, esta molécula, activada naturalmente por la luz solar, podría considerarse una especie de “Hormona antigua” seleccionada por Evolution precisamente por su capacidad para mantener las funciones inmunes en equilibrio y reaccionar ante los signos de peligro externo, como infecciones o toxinas.
Pero hay un problema: Muchas personas, hoy, presentan niveles insuficientes de vitamina D. Aunque vivimos en un país soleado, durante los meses de invierno o en presencia de estilos de vida principalmente interiores, La producción endógena de esta vitamina puede ser insuficiente.
La falta de vitamina D, explica a los expertos, es silencioso pero peligroso: Debilita las defensas naturales, aumenta la inflamación sistémica y puede alentar el inicio de las enfermedades crónicas.
En estos casos, La integración puede ser necesariapero siempre bajo supervisión médica. Un simple análisis de sangre puede aclarar si los niveles son adecuados o si es apropiado intervenir con un suplemento, especialmente en los meses en que el sol es menos intenso y los días más cortos.
Pero para muchos de nosotros Un buen hábito diario puede marcar la diferencia: Exponer la cara, los brazos o las piernas a la luz del sol durante al menos 15-20 minutos al día sin protecciones solares en los momentos no críticos del día, es un gesto simple y libre que puede fortalecer las defensas, estimular la producción de catelicidina y contribuir al pozo de todo el cuerpo.