Según el último informe del programa nacional de seguimiento de lirones, la población de lirones británicos ha disminuido un sorprendente 70% entre 2000 y 2022. Pero mis investigaciones indican que esta disminución podría no ser tan catastrófica.
Los lirones son pequeños mamíferos que pasan la primavera y el verano principalmente en las copas de los árboles, para luego hibernar a nivel del suelo cuando el clima se vuelve frío. Para saber cuál es la mejor manera de protegerlos, necesitamos estadísticas más precisas sobre su paradero, sus hábitos y sus tasas de supervivencia.
Durante más de una década, he estudiado la eficacia del seguimiento de los lirones. Mi investigación publicada recientemente cuestiona la eficacia de la técnica de estudio estándar que comprueba si los lirones están utilizándolos en cajas nido artificiales o tubos colocados a 1,4 m del suelo.
La determinación precisa de la presencia de lirones en un sitio tiene importancia ecológica, legal y práctica, por lo que es importante contar con métodos de estudio confiables y precisos.
Los lirones son de especial interés no sólo para los científicos desde una perspectiva de biodiversidad, sino también comercialmente, por ejemplo para los promotores inmobiliarios, ya que están altamente protegidos.
Cuando se considera que se realiza alguna actividad en un lugar con un hábitat potencialmente adecuado, se requieren estudios de lirones para determinar su presencia y evitar el riesgo de matarlos, herirlos o molestarlos o dañar sus lugares de reproducción y descanso. En los últimos años, ha habido varios casos en los que el procesamiento ha dado lugar a fuertes multas de hasta 100.000 libras esterlinas.
Si hay lirones, es posible que sea necesario modificar la naturaleza o el calendario de las obras para cumplir con la legislación. Se requiere una licencia de las autoridades gubernamentales, como Natural England o Natural Resources Wales, para cualquier actividad que pueda afectar a los lirones, lo que incluye estudios ecológicos para la gestión de bosques y el desarrollo inmobiliario.
Junto con mi equipo de investigadores y estudiantes de ecología, coloqué cajas nido artificiales a distintas alturas en árboles y postes aislados en dos zonas boscosas de Kent. A las cajas de los postes solo podían acceder los lirones que bajaban al suelo y se desplazaban por el suelo del bosque.
Revisamos las cajas regularmente durante varias temporadas y descubrimos que se utilizaban cajas en las tres posiciones. Si las cajas solo se hubieran colocado en la posición estándar a 1,4 m sobre el suelo, siguiendo las pautas de estudio actuales, se habrían detectado significativamente menos lirones. Los lirones también utilizaron regularmente las cajas aisladas, lo que respalda los hallazgos de otros de que los lirones no solo viven en árboles como se creía anteriormente.
Curiosamente, a lo largo de los años del proyecto se observó una disminución en el uso de las cajas, algo que ya habíamos observado en proyectos anteriores de monitoreo de lirones a largo plazo.
Esta disminución es la base de la afirmación de que los lirones están en grave declive y, si bien esto puede ser cierto ya que la pérdida de hábitat y el cambio climático indudablemente están afectando a los lirones, es importante recordar que los lirones obviamente estaban presentes antes de que se instalaran las cajas.
Es posible que las cajas fueran exploradas y utilizadas inicialmente como elementos novedosos, pero que luego los lirones regresaran a sus sitios de anidación anteriores. Otro factor puede ser la mayor presencia de parásitos, en particular cuando las cajas también son utilizadas por las aves.
Detección sobre el terreno
Nuestros resultados sugieren que es necesario revisar las directrices actuales de estudio y seguimiento de los lirones y que es posible que su población no esté disminuyendo tan drásticamente como se ha sugerido. Las cajas en el dosel de los árboles probablemente proporcionarían datos más precisos, pero el coste haría improbable su viabilidad. Y sigue pendiente la cuestión de si las cajas se utilizarán durante más de unas pocas temporadas.
Los lirones hibernan en invierno a ras del suelo. Un método basado en este método tendría muchas ventajas, entre ellas que sería menos invasivo y reduciría las preocupaciones éticas y de bienestar que conlleva molestar regularmente a los lirones que podrían estar en período de reproducción. Hemos estado trabajando con la empresa Paws for Conservation para probar la viabilidad de utilizar perros altamente entrenados para detectar lirones en hibernación, bajo una licencia de investigación específica.
Mediante un entrenamiento basado en recompensas, se puede entrenar a los perros detectores para que localicen a los lirones, ignorando a todos los demás pequeños mamíferos que puedan encontrarse cerca. Un invierno frío que proporcione condiciones ideales de hibernación para los lirones nos dará la oportunidad de probar esta prometedora técnica en condiciones de campo.
Pero no se trata sólo de lirones: necesitamos métodos confiables que proporcionen datos sólidos para poder evaluar las acciones de conservación y asegurarnos de que las técnicas de monitoreo estén brindando los mejores resultados posibles para todas las especies.
La ciencia prospera gracias al debate, y los conservacionistas deben estar abiertos a las oportunidades de mejora. Tenemos la responsabilidad de hacer lo mejor que podamos, no sólo por animales específicos, sino por nuestro medio ambiente en general.
Debbie Bartlett, profesora de conservación ambiental, Universidad de Greenwich