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Ojos de Santa Lucía: cómo preparar postres glaseados típicos de Apulia

Los Ojos de Santa Lucía son unas deliciosas galletas tradicionales, perfectas para celebrar la festividad que cae el 13 de diciembre. Su sencillez y el dulce glaseado blanco que los recubre evocan pureza y luz, convirtiéndolos en un dulce símbolo de este día tan especial. Prepararlos es un verdadero ritual que une a toda la familia.

El Ojos de Santa Lucía Soy postres típicos de la tradición navideña de Apuliaelaborado cada año el 13 de diciembre con motivo de la fiesta dedicada al santo. Estos deliciosos taralli, elaborados con una masa sencilla a base de harina, vino, aceite y especias, primero se hornean y luego se cubren con un glaseado de azúcar blanco, conocido como gilepo.

Crujientes y de sabor neutro con un ligero aroma especiado, su característica forma con el agujero central recuerda simbólicamente a un ojo humano, el de Santa Lucía, al que deben su nombre.

Según la leyenda, Lucía, una joven de extraordinaria belleza, hizo que un chico se enamorara de ella y, cautivado por sus espléndidos ojos, se los pidió como regalo. Con gran generosidad, Lucía accedió, pero milagrosamente sus ojos volvieron a ser aún más hermosos. Cuando el niño, cegado por la codicia, volvió a pedirle nuevos ojos, Lucía se negó y fue trágicamente asesinada por este motivo.

Desde ese momento, los ojos del santo se han convertido en un símbolo de protección y suerte en la tradición popular, inspirando no sólo amuletos y joyas, sino también estos singulares dulces, perfectos para regalar o servir durante las fiestas navideñas, quizás acompañados del clásico salado. taralli.

Ingredientes

Para 40 piezas aproximadamente

Para las galletas:

Para el glaseado:

Preparación

Preparar la masa de galleta, En un bol mezclar la harina, el vino blanco, el aceite y la sal. Amasar con las manos hasta obtener una mezcla homogénea y compacta. Deja reposar la masa unos 10 minutos, cubriéndola con el mismo recipiente para mantenerla suave.

Dar forma a las galletas, Divide la masa en porciones pequeñas del tamaño de una nuez. Trabaja cada pieza entre tus manos para formar un cilindro, luego ciérralo formando una rosquilla. Coloca las galletas en una bandeja para horno forrada con papel de horno.

Cuece las galletas en el horno estático precalentado a 180°C, colocándolas en la parte media-baja. La cocción dura unos 20 minutos: las galletas deben estar apenas doradas. Tenga cuidado de no cocinarlos demasiado.

En un bol, agregue el agua al azúcar glas poco a poco, mezclando hasta obtener una consistencia espesa y brillante.

Una vez enfriadas, sumerja la parte superior de cada galleta en el glaseado y colóquelas sobre una rejilla para que escurra el exceso. Déjalos secar completamente antes de servir.