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¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando comes demasiado azúcar?

¿Es el azúcar el enemigo invisible? Descubra los efectos que el consumo excesivo de azúcar tiene en su cuerpo y cómo evitarlos.

Una bolsita en el café, una cucharadita en yogurt, una galleta capaz de producir el notorio efecto “entre sí”. Y luego el refrigerio “solo para hoy”, la bebida carbonatada “One -Off”, el helado “tanto es pequeño”.
¿Cuánto azúcar realmente ingerimos todos los días, sin darnos cuenta? Y, sobre todo, ¿qué le sucede a nuestro cuerpo cuando el límite, lo que ni siquiera sabemos bien, se supera?

La respuesta es simple y complicada: nos gusta el azúcar, las consolas y está prácticamente en todas partes. El problema es que actúa sobre nosotros como Un pequeño sabotaje silenciosoque lentamente se infiltra en nuestros mecanismos biológicos más delicados, con resultados desastrosos para la salud general del cuerpo.

El dulce engaño: azúcar y cerebro

cerebro

Nuestro cerebro ama el azúcar literalmente. Tan pronto como lo ingerimos, el sistema de recompensas se activa: dopamina con ríos, sensación de bien inmediato. Es un mecanismo arcaico, nacido para sobrevivir, que hoy juega contra nosotros, porque el azúcar ya no es raro, ya no es una fuente preciosa de energía y, como se menciona en la vista previa, es omnipresente.
Los estudios científicos muestran cómo la ingesta regular de las igniciones desencadena una serie de modificaciones en las áreas del cerebro relacionadas con el placer y el comportamiento. ¿Resultado? Queremos cada vez más, a menudo sin darnos cuenta. No es un vicio, es casi una adicción, y el problema no solo reside en el cerebro, sino también en el cuerpo.

El efecto dominó en el cuerpo

efecto dominó

Intentemos imaginar un automóvil, preciso y sofisticado. ¿Qué pasaría si vertiéramos pegajosos, densos, en cada equipo en el interior? Algo terminaría atascando, ¿verdad?

El exceso de azúcar actúa de la misma manera. A partir de páncreasobligado a producir una gran cantidad de insulina para enfrentar el pico glucémico. Si esto sucede de vez en cuando, el cuerpo logra compensar, pero si se convierte en un hábito, el equilibrio se rompe: entra en un estado de inflamación crónica, la puerta se abre a la resistencia a la insulina y el siguiente paso podría ser la diabetes tipo 2.

Sin olvidar el hígadoel gran procesador. El exceso de azúcar, en particular la fructosa (que se encuentra en muchos productos industriales), se transforma en grasa, una grasa que se acumula no solo donde se ve, el vientre, las caderas, sino también donde no ves: en el hígado mismo. Con el tiempo, la esteatosis hepática, el “hígado graso” que se llama así, puede aparecer cada vez más frecuente incluso entre los muy jóvenes.

Corazón en riesgo: azúcar y enfermedades cardiovasculares

Corazón

Y el Corazón? También paga un precio salado por nuestro amor por el postre. Un estudio reciente, por ejemplo, ha demostrado que la ingesta regular de las bebidas azucaradas está directamente conectada al aumento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares en adultos de mediana edad.

Estamos hablando de patologías como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, hipertensión, no de resfriados simples. La investigación examinó un gran campeón internacional y ha modelado los datos basados ​​en la edad, el período histórico y el contexto generacional. Los resultados son claros: Aquellos que consumen regularmente bebidas azucaradas tienen una incidencia mucho mayor de eventos cardiovasculares que aquellos que los evitan. Y no es suficiente hacer deportes o comer una ensalada de vez en cuando: si el azúcar es constante en la dieta, el daño es silencioso pero concreto.

Barriga hinchada, energía oscilante y … acné

malestar

Pero volvamos a pequeñas cosas diarias. Al cansancio que nos atrapa por la tarde, aEstado de ánimo que baja sin razón aparente, a la piel extinguida y la IA frases Que simplemente no puedes explicar, porque ya no tienes 16 años.
Son todas las señales enviadas por el cuerpo, a menudo totalmente ignoradas, porque el azúcar también tiene un impacto en la microbiota intestinal, aspecto que altera el equilibrio entre las bacterias buenas y malas. El resultado puede ser un vientre hinchado, una sensación constante de agotamiento y una digestión cada vez más lenta. El acné también puede empeorar, gracias a la inflamación sistémica y la estimulación hormonal relacionada con la insulina.

La paradoja de “calorías vacías”

Calorías vacías

El azúcar proporciona energía, por supuesto, pero una energía efímeraque origina un pico, seguido de un colapso inmediato. Es un poco como encender un partido para calentar una habitación: no dura mucho y sirve un poco. Mientras tanto, mientras arde rápidamente, se lleva espacio para otros nutrientes, los reales.
El problema es que el azúcar no satisface. Come, pero todavía tienes hambre. Es la paradoja de “calorías vacías”: muchas calorías, cero beneficios. Sin fibra, sin vitamina, sin mineral, solo energía “inútil”.

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Entonces, ¿deberíamos eliminar todo?

No, este no es el punto. Nadie te pide que te conviertas en un monje tibetano y renuncies por completo al placer del pastel. Pero ser consciente Sí, eso sí. Significa leer etiquetas, saber que el azúcar tiene muchos nombres (jarabe de glucosa, corcel, sacarosa y quien tenga …) y significa comprender que la dulzura no siempre es sinónimo de placer.
El truco? Debe volver a educar el paladaracostumbrarse a gustos menos intensos, y descubrir lentamente que una manzana madura puede ser sorprendentemente dulce, que el chocolate negro, el real, puede convertirse en un refugio de refugio de la culpa y que el cuerpo se siente mejor, mucho mejor, cuando realmente lo escuchas.
El azúcar no es el diablo, pero puede convertirse en todo, si dejamos que tome el control. Recuerde que cada cucharadita importa, y cada elección que hacemos en la mesa es un mensaje para nuestro cuerpo: si lo tratamos bien, él se correspondirá.
Entonces, la próxima vez que desee dulces, detén un segundo. Pregúntese: tengo mucha hambre, ¿o es solo un hábito? La respuesta, tal vez, cambiará más de lo que piensas.