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¿Cuál es la herida emocional que llevas dentro de ti? Descubre cómo reconocerlo y superarlo

Las heridas emocionales suelen formarse en la infancia, dejando marcas profundas que nos acompañan hasta la vida adulta: reconocerlas y aceptarlas es el primer paso para sanar y transformar el dolor en nueva fuerza interior.

Hay un dolor que no se puede ver, pero que se puede sentir. es el dolor de heridas emocionalesesas cicatrices invisibles que muchas veces llevamos con nosotros sin saberlo. Se forman en momentos de dificultad, cuando nos sentimos rechazados, abandonados o insuficientes para alguien. Y si no las atendemos, estas heridas siguen viviendo en nuestro interior, influyendo en nuestra forma de ser, de amar e incluso de ver el mundo.

Pero hay buenas noticias: estas heridas pueden sanar. Lleva tiempo, por supuesto, pero el cambio comienza en el momento en que decidimos cuidar de nosotros mismos y de lo que nos hace sufrir.

Heridas emocionales: qué son y de dónde vienen

Las heridas emocionales suelen formarse en los primeros años de nuestra vida, cuando somos más frágiles y dependientes de los demás para todo. El abandono, la crítica constante, el desamor o la traición pueden dejar huellas profundas, que muchas veces nos acompañan hasta la edad adulta.

Quizás no lo pensemos, pero estas heridas se manifiestan cada día: en nuestra forma de relacionarnos, en nuestros miedos o en las inseguridades que nos bloquean. A veces nos volvemos demasiado dependientes de los demás, otras veces nos cerramos para evitar sufrir más. En cualquier caso, el dolor permanece ahí, debajo de la superficie, influyendo en nuestras elecciones y obligándonos a usar máscaras para protegernos.

Reconocerlos es el primer paso para liberarnos de ellos. Sólo cuando sepamos de dónde viene nuestro dolor podremos realmente empezar a curarlo.

¿Cuáles son las heridas emocionales más comunes?

No todas las heridas emocionales son iguales, pero algunas experiencias se repiten con frecuencia. Cada uno de ellos tiene orígenes específicos y deja huellas diferentes.

Heridas de la violencia

Manejo de lesiones

Heridas por rechazo o abandono

Heridas por falta de cariño

Cómo sanar de heridas emocionales

Sanar no significa olvidar, sino aprender a vivir con lo que nos pasó, sin dejar que siga influyéndonos. Es un camino que requiere paciencia, pero que puede llevarnos a vivir con más conciencia y serenidad.

Acepta tu herida

El primer paso es reconocer que hay una herida. No debe ocultarse ni negarse, sino observarse sin juzgar. Aceptar que algo nos duele es el punto de partida de todo cambio.

Escucha tus emociones

A menudo tendemos a huir del dolor, pero ignorarlo no hará que desaparezca. En cambio, intenta darle espacio a tus emociones, escuchándolas sin miedo.

Ser paciente

La curación no ocurre de la noche a la mañana. Habrá momentos difíciles, pero también pequeños avances que te darán fuerzas para seguir adelante.

pide ayuda

No hay nada de malo en pedir ayuda a alguien. Un terapeuta, un amigo de confianza o incluso un libro pueden ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva diferente.

Aprende a invertir en ti mismo

Sanar las heridas emocionales no significa eliminar las fragilidades, sino aprender a conocerlas y aceptarlas como parte de ti. No eres sólo lo que has experimentado: también eres la persona que puede elegir seguir adelante, transformar ese dolor en fuerza.

Empieza a cuidarte, incluso con pequeños gestos diarios. Date tiempo, rodéate de personas que te hagan sentir bien y recuerda siempre que eres la mejor inversión de tu vida.