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El chocolate tiene un sabor aún mejor si escuchas esta nueva canción, compuesta de un científico apasionado por la música

Una melodía dulce, un bocado aún más dulce.

Un investigador de la Universidad de Bristol ha creado una canción que realmente logra mejorar el chocolate si lo escuchas mientras lo comes.

La Dra. Natalie Hyacinth, experta en sonidos y también compositor, ha reunido una pieza musical después de décadas de estudios que demuestran cómo el tono, el ritmo y el tono de la música pueden engañar al cerebro y hacernos percibir los dulces como más intensos y codiciosos.

El truco radica en lo que los científicos llaman “integración multisensorial”: los sentidos se mezclan y se fortalecen entre sí.

Si combina el chocolate (o una fruta endulzada) con una melodía derecha, el cerebro transforma el postre en una especie de concierto. Es como si tus sentidos hicieran una sesión de atasco.

Desde la investigación, surgió que las melodías suaves y aterciopeladas, en mayor sombra, hacen que el chocolate se vea más dulce y cremosa. Las notas más picantes, por otro lado, acentúan su amarga. ¿Los ritmos rápidos? Es mejor dejarlos en una comida rápida.

La marca Galaxy Chocolate quería probar esta ciencia creando una pista de 90 segundos junto con el investigador, llamado La melodía más dulce: 78 bpm, diseñado para derretirse en las orejas al mismo tiempo cuando el chocolate se derrite en la boca.

Piano para dulzura, arcos para suavidad y arpa para acompañar todo con fluidez. La canción ya se puede escuchar en YouTube y Spotify.

Hyacinth explicó que “disfrutar del chocolate puede ser una experiencia multisensorial que va más allá del sabor e involucra todos los sentidos”.
Y agregó que “el poder de la música para aumentar el placer del chocolate es algo emocionante”.

La idea también nació gracias a una encuesta sobre 2,000 británicos: el 37% dijo que un postre es esencial para momentos de relajación personal, mientras que el 56% eleva música para desconectar.

Según el director de la marca Galaxy, Romi Mackiewicz, el objetivo es transformar el chocolate en “una sinfonía para los sentidos”.

No es un caso aislado: la música ahora se usa a menudo como medicamento para el estado de ánimo. Esta primavera, por ejemplo, se habló de Ingrávidouna canción ambiental de ocho minutos de la banda inglesa Marconi Union, llamada un verdadero sedante de sonido.

La pieza fue diseñada específicamente para menor estrés, y la ciencia lo confirma: en un estudio, las personas conectadas a los sensores biométricos vieron la ansiedad cayer en un 65% mientras escuchaba Ingrávido Tratando de resolver rompecabezas complejos.

El trabajo de Natalie Hyacinth es parte de la estela de Charles Spence, el psicólogo de Oxford que ha estado estudiando cómo los sonidos y los colores han estado transformando el sabor de la comida durante años.

Charles Spence es un psicólogo experimental de Oxford que ha revolucionado la forma en que pensamos sobre la comida. Con sus experimentos de “gastronomía multisensorial”, ha demostrado que no comemos solo con la boca, sino también con ojos y oídos: desde las papas fritas que parecen más crujientes si el ruido es más agudo, para la mousse de fresa más dulce en platos blancos, hasta los candidatos que cambian sabor dependiendo de la música. Un verdadero pionero al mostrar cómo nuestros sentidos se entrelazan en la mesa.

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