El color de la yema del huevo varía del amarillo pálido al naranja intenso. Descubramos su significado, y cómo tanto la alimentación como las condiciones de vida de las gallinas pueden influir en los distintos matices.
¿Al abrir un huevo te has preguntado por qué es más amarillo o naranja que otros? Bueno, no eres ni el primero ni el único que hace una pregunta como esta. La ciencia de los alimentos nos dice que el color de la yema representa una especie de ventana al mundo de la dieta y las condiciones de vida de la gallina que puso el huevo. Es como un diario de alimentos, escrito en tonos de amarillo y naranja. Pero ojo: no todo lo que “brilla” es sinónimo de calidad nutricional superior.
¿De dónde viene el color?
El secreto del color de la yema reside en los pigmentos presentes en la dieta de la gallina, llamados carotenoidescompuestos naturales que se encuentran en plantas, pasto y algunos alimentos utilizados en la alimentación animal. Las gallinas que tienen acceso a pastos frescos y pueden picotear hierba, plantas e insectos tienden a producir yemas de huevo de colores más intensos, gracias a nutrientes como la luteína (contenida en la harina de alfalfa) y la zeaxantina (de las flores de caléndula).
No es de extrañar que el color varíe según la estación: durante la primavera y el verano, cuando las gallinas pasan más tiempo al aire libre, las yemas pueden volverse más anaranjadas, incluso si las gallinas se alimentan con piensos enriquecidos con maíz u otras verduras ricas en carotenoides, también pueden producir huevos. con yemas de color amarillo brillante.
¿Qué te dice el color de la yema?
El color de la yema puede oscilar entre varios tonos diferentes, cada uno de los cuales es un indicador de la dieta de la gallina:
Color y valores nutricionales: ¿un vínculo directo?
Aquí está la gran pregunta: ¿Una yema más oscura también es más nutritiva? No siempre. El contenido de nutrientes como las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), los ácidos grasos omega-3 y las proteínas depende principalmente de la dieta general de la gallina, de su salud y del entorno en el que vive.
Sin embargo, existe un vínculo: los carotenoides, responsables de los tonos más profundos, son conocidos por sus beneficios para la salud, ya que pueden ayudar a mejorar la salud ocular, reducir la inflamación e incluso disminuir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes o el cáncer. Por ejemplo, una yema de color naranja intenso probablemente contenga más carotenoides que una de color amarillo pálido.
El mito de la yema perfecta
A pesar de la atención al color, los expertos señalan que una yema más vibrante no siempre equivale a un huevo más saludable. Es importante considerar todas las condiciones para la cría de pollos. Los huevos de gallinas criadas en pastos, por ejemplo, tienden a tener un perfil nutricional más alto gracias a una dieta más diversificada, pero no es sólo el color lo que determina la calidad.
Los huevos ecológicos o de gallinas camperas suelen ofrecer ventajas para la salud y también para el bienestar animal. Además, están menos sujetos a todas aquellas prácticas intensivas que podrían reducir el valor nutricional del propio huevo.
El veredicto final
En última instancia, el color de la yema no debería ser el único criterio para juzgar la calidad de un huevo. Es un indicador interesante, claro, pero es sólo una parte de una historia más amplia que incluye la nutrición de la gallina, su bienestar y su método de cría.
Si realmente quieres tomar una decisión informada, presta atención a las etiquetas: optar por huevos ecológicos o de cría extensiva podría garantizarte una yema con más color, pero también una mayor calidad nutricional.
Así que la próxima vez que rompas un huevo, detente un momento. Observa atentamente la yema, observa el color y piensa en todo lo que te dice. Es un pequeño recordatorio de cómo incluso los detalles más simples de nuestra comida pueden estar llenos de significado.