Levante a aquellos que nunca han oído hablar del rito de café y cigarrillo de la mañana. Es una de esas verdades que todos los fumadores se dan por sentado: primero el café, luego el cigarrillo y la forma de correr al baño. En este artículo veremos cuánta verdad se esconde detrás de una creencia tan arraigada, y lo haremos a través de las palabras del nutricionista Angy Bro, quien ha decidido aclarar uno de los mitos más populares entre los amantes de la copa y el tabaco.
El café hace su parte (pero no como crees)
Comencemos con el protagonista indiscutible de nuestras mañanas: el café. Durante años hemos culpado a la cafeína, pensando que fue responsable de esa repentina carrera hacia el baño. ¡Pero no, sorpresa! Estudios recientes han descubierto que incluso la descafeina produce el mismo efecto idéntico.
¿Cómo? El verdadero culpable se llama ácido clorogénico, un componente del grano de café que hace que nuestro intestino funcione de una manera particular. Esta sustancia estimula la producción de dos hormonas con un nombre imposible de recordar: gastrina y colecistochinina, que son los verdaderos directores de nuestra digestión. Cuatro minutos son suficientes, solo tiempo para sacudir a Instagram, y el efecto se hace sentir.
El cigarrillo? Solo humo en el ojo
Y aquí viene la parte que subirá la nariz a muchos: el cigarrillo no tiene nada que ver con eso. O más bien, la nicotina no tiene ningún efecto directo en nuestro intestino. Los estudios son claros: fumar después del café es más una cuestión de cabeza que Belly, una especie de efecto placebo.
No para todos es así
Hay otro hecho interesante que el Dr. Angy Bro nos revela: solo tres de cada diez personas realmente escuchan este estímulo después del café. Los otros siete? Pueden beber su espresso en paz sin preocuparse por buscar el baño más cercano. Esto significa que si eres parte de ese 30%, el café realmente te estimula el intestino. Recuerde que el cigarrillo sigue siendo un poco más que un elemento decorativo en esta ecuación digestiva, el caso clásico en el que dos más dos no hacen cuatro: el café puede hacer su contribución, el cigarrillo toma méritos que no tiene.
La verdad sobre el dúo más famoso de los descansos
Al final de las cuentas, el mito del café del café está inventado por la mitad y medio. El café en realidad puede estimular el intestino en algunas personas gracias al ácido clorogénico, mientras que el cigarrillo se limita a mantener compañía. Es un poco como descubrir que Santa Claus es padres: la magia desaparece, pero los regalos son lo mismo.
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