La visualización es una herramienta muy poderosa para hacer realidad nuestros deseos más ambiciosos: así es como funciona y cómo podemos usarla para concretar nuestros sueños
¿Por qué no podemos hacer realidad nuestros sueños? Muchas personas, a pesar de tener grandes metas y sueños ambiciosos, no logran realizarlos.
Se topan con obstáculos diarios, pierden la motivación o simplemente no saben por dónde empezar. Pero hay un elemento que muchas veces falta en el proceso de cumplimiento de deseos: visualización.
La clave del éxito es imaginarlo
La técnica de visualización está muy presente en el mundo del deporte y adoptada por numerosos deportistas que, antes de salir al campo, se visualizan corriendo, cruzando la meta, levantando los brazos en señal de victoria. como si la victoria conseguida fuera ya un recuerdo y no una fantasía.
Y, de hecho, no es una fantasía, sino un acto deliberado de visualización, a través del cual crean una conexión entre mente y cuerpo, preparándose mentalmente para enfrentar desafíos y aumentar las probabilidades de éxito.
Pero no sólo los atletas se benefician de la visualización. Líderes empresariales, artistas, actores y personas exitosas en diferentes campos han utilizado esta técnica para lograr sus objetivos.
Lady Gaga se imaginaba ya famosa en todo el mundo cuando los matones de su colegio se burlaban de ella en el instituto porque la consideraban fea; Jim Carrey había escrito un cheque de un millón de dólares para su yo futuro cuando todavía era un comediante desconocido y sin muchas esperanzas.
Estos dos ejemplos, entre muchos, demuestran sólo una cosa: imaginar en detalle el futuro que deseamos es el primer paso para empezar a concretarlo.
¿Qué es la visualización?
Allá visualización es un proceso mental en el que se crean Imágenes vívidas y detalladas de lo que quieres lograr.. El poder de esta técnica radica en su capacidad de “programar” el cerebro para reconocer oportunidades que nos acerquen a nuestro objetivo.
Psicológicamente, El cerebro no distingue completamente entre imaginación y realidad.: cuando visualizamos algo con claridad, creamos nuevas conexiones neuronales que refuerzan la idea de que ese objetivo es posible y alcanzable, o que incluso ya forma parte de nuestro presente.
Pero la visualización no sólo funciona a nivel mental.: cuando ya nos vemos en la situación deseada, nuestro cuerpo comienza a prepararse físicamente para ese evento.
Por ejemplo, si nos visualizamos en una condición económica diferente, mejor que la que tenemos, Nuestra actitud poco a poco se convertirá en la de una persona rica.a – Así como comenzaremos a aumentar nuestra autoestima si nos imaginamos como profesionales consagrados.
Este fenómeno se llama simulación mental y representa uno de los aspectos clave del éxito de la visualización.
Cómo aprovechar el poder de la visualización
Muchas veces, el primer obstáculo que nos impide alcanzar nuestros objetivos es la falta de claridad. Tal vez no sepamos lo que queremos o hacia dónde queremos ir, y esto dificulta tomar decisiones concretas y mantener la motivación a largo plazo.
Imaginar tu futuro con claridad, gracias a la visualización, no sólo nos ayuda a entender hacia dónde queremos llegar, pero también nos permite visualizar los pasos necesarios para lograrlo.
Este proceso crea una especie de mapa mental que nos guía en las elecciones diarias, manteniendo alta la motivación y reduciendo la procrastinación.
Entonces, si queremos traer la visualización a nuestras vidas, el primer paso es tomarnos el tiempo para imaginar claramente el futuro que queremos, para actuar sin perder tiempo y concentración. He aquí cómo hacerlo:
Definir una meta
Tomemos papel y lápiz, acomodémonos en un lugar libre de distracciones y Empecemos a describir por escrito y detalladamente nuestro día ideal dentro de cinco o diez años..
¿Dónde vivimos? ¿Qué trabajo hacemos? ¿Cuál es nuestra situación financiera? ¿Quiénes son las personas que nos rodean? Tomémonos todo el tiempo que necesitemos para hacer este ejercicio: Cuantos más detalles incluyamos, más vívida y poderosa se volverá la imagen mental.
Una herramienta adicional para aumentar la fuerza de la visualización es creando un tablero de visión – es decir, un collage de imágenes, palabras y símbolos que representan lo que deseamos lograr.
Como explicamos en este artículo, mantener nuestros objetivos “a la vista” en todo momento nos ayudará a mantenernos concentrados y motivados incluso cuando el cansancio y la frustración se hagan sentir.
imagina el proceso
No tenemos que limitarnos a visualizar el resultado final, pero también el camino que nos llevará hasta esa meta.
Por ejemplo, si nuestro objetivo es perder veinte kilos, además de imaginarnos en la forma física deseada, debemos visualizar preparando comidas saludables, haciendo ejercicio en el gimnasio, caminando por el parque, etc.
Entonces, detengámonos un momento y preguntémonos: ¿Qué puedo hacer hoy para acercarme a mi objetivo? ¿Qué acciones concretas puedo tomar en las próximas semanas o meses? Visualizar estos pasos intermedios nos ayudará a mantenernos concentrados y reducir la ansiedad relacionada con la incertidumbre.
Además, imagina el proceso. nos permite anticiparnos a los obstáculos y encontrar soluciones antes de que surjan.
Por ejemplo, si nuestro objetivo es conseguir un ascenso en el trabajo, podemos visualizarnos abordando con éxito las tareas más desafiantes de nuestro trabajo, mejorando nuestras habilidades y obteniendo el reconocimiento de los colegas.
Visualízate a ti mismo
Finalmente, un aspecto fundamental de la visualización. es imaginarnos realizando concretamente las acciones necesarias para lograr nuestro objetivo – de manera similar a los atletas antes de la carrera de la que hablamos al principio del artículo.
Este ejercicio no sólo nos ayuda a sentirnos más preparados para el futuro que hemos imaginado, sino que refuerza en nosotros la idea de que somos plenamente capaces de realizar ese viaje.
Cuando nos visualizamos intentamos involucrar todos nuestros sentidos, para que la visión sea lo más tangible posible. Imaginemos cómo nos sentimos mientras trabajamos hacia nuestra meta. ¿Qué emociones sentimos? ¿Qué vemos a nuestro alrededor? ¿Quién nos rodea?
Agregar estos detalles hace que la imagen mental sea aún más real y aumentará las posibilidades de que el cerebro acepte ese futuro como posible y concreto.
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