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La Italia que fermenta: la monja coreana Jeong Kwan nos enseña el valor de la cocina templaria

Fuimos a Roma para conocer a Jeong Kwan, la monja budista que transformó la cocina templaria en una práctica de meditación, equilibrio y respeto por la naturaleza. En un momento en el que fermentar también significa ralentizar y cuidar, descubrimos, entre palabras, silencios y diez años, que la cocina puede ser mucho más alimentada: puede convertirse en un gesto ético, un puente entre culturas. A su lado, el chef Fabrizio Ferrari ha podido dar la bienvenida y traducir esta visión, ayudando a que sea diálogo con nuestra imaginación culinaria, sin traicionar su esencia.

Hasta hace unos años, para muchos italianos, Corea del Sur evocó sobre todo K-pop, K-drama y skincare. Hoy, sin embargo, está surgiendo un interés más profundo: el redescubrimiento de las prácticas antiguas como la fermentación, el corazón latido de la tradición gastronómica coreana. Si el Hansik, la cocina tradicional, se basa en el equilibrio y la estacionalidad, es en la cocina templaria budista, completamente vegetal y sin desechos, que estos valores se expresan con mayor intensidad y consistencia.

En una era en la que la fermentación también ha regresado central en nuestras cocinas, en el sentido más literal y saludable del término, es imposible no mencionar voces autorizadas como la de Monja coreana Jeong Kwanmaestro indiscutible de la cocina de los templos y del Chef italiano Fabrizio Ferraricomprometido durante años en la propagación de la cultura gastronómica coreana.

Tuvimos el privilegio de conocerlos en Roma, como parte del año del intercambio cultural de Corea italiana, durante los eventos organizados por Kofice, el Ministerio de Cultura Corea y el Instituto Cultural Corea, en colaboración con Territoria. Una oportunidad preciosa de ponerse en contacto con el conocimiento antiguo, aprender el arte de la fermentación con lentitud y conciencia, y descubrir cómo traducirlo en una cocina más ética, atenta y respetuosa de la vida, dentro y fuera del plato.

Alimentos que educa, nutre y conecta

Entre una clase magistral sobre el arte de la fermentación y una cena simbólica, redescubrimos una idea de cocinar que no es un espectáculo, sino práctica diaria, ética, meditativa. La monja Jeong Kwan, quien con gestos esenciales sabe cómo transformar los ingredientes simples en alimento para el alma, ha demostrado cómo cada plato puede ser un acto de equilibrio entre estaciones, cuerpo y espíritu. No hay cebolletas, sin ajo ni cebolla (para no perturbar la meditación), sino mucha armonía, variedad de plantas y respeto profundo por la naturaleza.

Y si sirvió una prueba concreta de lo que significa “tomar tiempo”, solo piense que uno de los acetes usados ​​en los muelles de la cena que disfrutamos había sido fermentado … hace diez años. Ella lo trajo ella misma de Corea. Y en ese pequeño gesto ya había toda la lección.

Hansik también habla italiano

Fabrizio Ferrari, una cara bien conocida de la gastronomía y la televisión en Corea del Sur, ha podido traducir un conocimiento profundo, vinculado a la comida y la cultura coreana, en un idioma accesible para nosotros también. No se limitó a explicar recetas, pero le dijo a los valores que hacen de Hansik una herencia universal: lentitud, cuidado, armonía entre sabores y temporadas. El chef italiano ha podido recordarnos que la cocina y la cultura pueden diálogo sin confundirse, pero enriquecernos, incluso cuando provienen de mundos distantes.

Pero, ¿qué une a Italia y Corea en la mesa?

Un futuro más fermentado

En un presente en el que crece la nutrición vegetal y el desperdicio de alimentos es un desafío global, la cocina coreana, especialmente la Templaria, puede inspirar un cambio real: menos desechos, más autoproducción, más tiempo dedicado a alimentos reales.

El arte de la fermentación, en particular, es mucho más que una técnica: es una invitación para reducir la velocidad, esperar, cuidar. Es la cocina que se hace con sus manos, pero también con la cabeza y el corazón.

10 palabras coreanas para comprender la cocina de los templos (y el respeto que trae consigo)

Si la cocina es un lenguaje universal, conocer algunas palabras coreanas puede ayudarnos a mejorar en el espíritu de Sachal Eumsik (사찰음식 사찰음식 사찰음식 사찰음식 사찰음식 사찰음식), la cocina de los templos budistas coreanos: vegetales, estacionales, sin desperdicio y profundamente conectados a la naturaleza.

Aquí hay diez términos que dicen esta visión:

Estas palabras no son solo términos culinarios, sino expresiones de una filosofía de vida que invita a la conciencia, el respeto y la armonía con la naturaleza.