Los poemas pueden invitarnos a apreciar la belleza que nos rodea y, al mismo tiempo, motivarnos a tomar medidas para protegerla. Blossomise, una colección del poeta laureado del Reino Unido Simon Armitage, celebra la llegada de la primavera y la importancia de la naturaleza en nuestras vidas.
Esta antología incluye 21 poemas, entre ellos 11 haikus: poemas breves de tres versos que captan la esencia de un momento, generalmente relacionados con la naturaleza. El haiku japonés tradicional consta de tres versos con un patrón de 5/7/5 sílabas, pero las adaptaciones modernas suelen utilizar menos sílabas y no se adhieren estrictamente a esta estructura.
Los haikus de Blossomise reflejan las preocupaciones contemporáneas sobre la crisis climática, mostrando cómo el cambio de estaciones afecta a los elementos naturales y resaltando sutilmente los signos de un clima cambiante. Estos haikus sirven como limpiadores del paladar entre los poemas más largos, al mismo tiempo que entrelazan la colección con sus sucintas reflexiones sobre las transformaciones de la naturaleza. A lo largo de esta colección, la apreciación de la naturaleza se equilibra de manera hermosa con un llamado a la acción ambiental.
Armitage ha sido durante mucho tiempo un defensor de los temas ambientales. Su obra anterior, In Praise of Air, presenta un poema impreso en una pancarta de 20 metros de alto montada en un edificio con vista a la transitada carretera A57 en Sheffield. La pancarta utiliza nanotecnología para “comer contaminantes” y limpiar el aire, mezclando arte y ecologismo.
En 2019, Armitage también fundó el premio Laurel, un premio anual de poesía sobre naturaleza o medio ambiente, para crear conciencia sobre los problemas climáticos, donando su honorario anual de £ 5,000 al dinero del premio cada año.
Blossomise continúa con esta defensa al presentar la naturaleza como una presencia constante en nuestras vidas, enfatizando que las flores y la naturaleza deben ser accesibles para todos, no solo para los pocos privilegiados que pueden visitar espacios protegidos. Al hacerlo, Armitage describe vívidamente la naturaleza entrelazada con la vida urbana.
En The Spectators, hace referencia a las “abejas perdidas que prueban las puertas equivocadas”, y en Plum Tree Among the Skyscrapers escribe:
pobre Cenicienta
hurgando por ahí
En abono para macetas
de cajas de hamburguesas
y reventó poppers
Estos poemas nos recuerdan que la naturaleza prospera a nuestro alrededor, incluso en los lugares más inesperados. Esta universalidad de la naturaleza subraya la necesidad de actuar en favor del clima como una cuestión de justicia social. Proteger y preservar la naturaleza no debería ser un lujo, sino una responsabilidad compartida. Al garantizar que todos tengan acceso a los espacios naturales, podemos fomentar una conexión más profunda con el medio ambiente y, a través de ello, una mayor cohesión social y un impulso colectivo para combatir el cambio climático.
En un poema titulado Cumpleaños, Armitage imagina un mundo donde la naturaleza prospera con nuestro apoyo y nos recuerda cómo deberíamos sentirnos cuando no es así:
Planeta Tierra en modo fiesta,
pétalos burbujeantes y espumosos
Como el champán rosado.
Entonces la Naturaleza caminó conmigo
En el aparcamiento,
se levantó la venda de los ojos
y me mostró un cerezo
Apto para la edad.
Vergüenza. Rabia.
Esta vergüenza y rabia reflejan una profunda conciencia de nuestras deficiencias y un llamado a la acción. La poesía de Armitage sirve como recordatorio de que la lucha contra la crisis climática no se trata solo de preservar la belleza, sino de garantizar la justicia y la equidad en nuestra relación con el mundo natural.
Estos poemas también nos recuerdan que la naturaleza persistirá más allá de nosotros, como lo muestra su haiku El cerezo silvestre:
El cerezo silvestre me abandonó,
luego me trajo flores,
Luego me dejó otra vez.
Un claro ejemplo de esta resiliencia se puede ver en Fukushima. Después del desastre nuclear de 2011, los seres humanos abandonaron la zona y la naturaleza comenzó a recuperar la tierra.
Las plantas y los animales han prosperado en ausencia de la actividad humana, con el regreso de jabalíes, aves e incluso especies raras a la región. Este resurgimiento pone de relieve la capacidad de la naturaleza para recuperarse y persistir, incluso ante eventos catastróficos.
Blossomise sugiere una realidad esencial: aunque las acciones humanas pueden dañar significativamente el medio ambiente, la naturaleza posee una notable capacidad de recuperación y resistencia. La naturaleza sobrevivirá a la humanidad, lo que resalta la importancia de apreciarla y protegerla mientras podamos. Este punto de vista promueve la gestión ambiental como un deber y un honor, con el objetivo de garantizar que las generaciones futuras puedan experimentar y apreciar la resiliencia duradera de la naturaleza.
La prerrogativa del poeta
Esta perspectiva se alinea con el papel que pueden desempeñar los poetas a la hora de abordar la crisis climática, haciendo que el tema sea más cercano y tenga un impacto emocional. La colección evoca una sensación de añoranza por la naturaleza, instando a los lectores a apreciar y proteger el mundo natural. La obra de Armitage continúa la rica tradición de la poesía natural británica, integrando los cambios ambientales de nuestro tiempo con reflexiones personales.
Siguiendo los pasos de poetas como John Clare, que capturó los intrincados detalles del campo, y Ted Hughes, que exploró el poder crudo del mundo natural, Armitage aporta una perspectiva contemporánea a esta tradición.
Más recientemente, poetas como Alice Oswald y Kathleen Jamie también han contribuido decisivamente a retratar la belleza y la fragilidad del medio ambiente, combinando observaciones de la naturaleza con una profunda conciencia de su vulnerabilidad.
Los poemas de Armitage en Blossomise se inspiran en este linaje y ofrecen un comentario conmovedor pero sutil sobre el cambio climático. Evita sermonear y, en cambio, entrelaza experiencias personales con temas ecológicos más amplios. Este enfoque hace que su poesía sea accesible y fomenta una conexión emocional más profunda con el lector, destacando el valor intrínseco de la naturaleza y la necesidad de preservarla.
A través de sus evocadores versos, Armitage nos invita a ver el mundo natural no sólo como un telón de fondo para la actividad humana, sino como una presencia vital que exige nuestro respeto y cuidado.
Sam Illingworth, profesor de Pedagogías Creativas, Universidad Napier de Edimburgo