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Sufres de hipocondría: cómo reconocer la ansiedad por enfermedad y cuándo se convierte en un problema

Hablemos de hipocondría: cómo reconocerla, cuáles son los desencadenantes y consejos para combatirla

La preocupación por la salud es un aspecto esencial en la vida de cada individuo, fundamental para mantenerse en forma y prevenir la aparición de enfermedades. Sin embargo, existe una delgada línea entre una sana vigilancia y una ansiedad recurrente que se vuelve omnipresente y crónica hasta desembocar en una auténtica fobia a las enfermedades, conocida como hipocondría, un trastorno psicológico caracterizado por un miedo persistente a verse afectado por patologías graves, incluso en la ausencia de síntomas concretos o confirmación médica.

¿Qué es la hipocondría?

La hipocondría, oficialmente reconocida como trastorno de ansiedad por enfermedad (Trastorno de Ansiedad por Enfermedad – IAD), es una condición en la que el individuo se ve constantemente atormentado por el miedo a estar enfermo.

El miedo puede ser desencadenado por cualquier mínimo dolor o cambio corporal, que se percibe como una amenaza inminente, dando lugar a conductas disfuncionales encaminadas a buscar tranquilidad. Las personas con hipocondría pueden dedicar mucho tiempo y recursos a buscar información médica en línea, consultando compulsivamente sitios y foros con la esperanza de encontrar respuestas a sus inquietudes, un comportamiento que alimenta aún más la ansiedad, ya que, además, la gran cantidad de datos disponibles en línea, sin consultas médicas válidas, se puede llegar a conclusiones erróneas y alarmantes.

Los comportamientos de los hipocondríacos.

Los hipocondríacos suelen someterse a frecuentes visitas al médico y a multitud de pruebas diagnósticas, aunque los resultados anteriores hayan sido tranquilizadores. Este comportamiento, además de ser un desperdicio de tiempo y dinero, puede poner a prueba la relación con los profesionales sanitarios, que a menudo se encuentran ante solicitudes insistentes y temores infundados. Como resultado, la hipocondría puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quien la padece, interfiriendo con las actividades diarias, las relaciones interpersonales y el bienestar general. El miedo constante a enfermar dificulta concentrarse en el trabajo, disfrutar de momentos de ocio y mantener relaciones afectivas pacíficas.

Orígenes y definición de hipocondría

El término “hipocondría” deriva del griego “hypokhondrios”, que significa “debajo de los cartílagos costales”. En la antigua Grecia se creía que esta afección era provocada por una alteración de los órganos ubicados en la región hipocondríaca, es decir, la parte superior del abdomen, debajo de las costillas. Esta concepción se basaba en la teoría de los humores, según la cual un desequilibrio de los fluidos corporales provocaría trastornos físicos y mentales. Los hipocondríacos tienden a malinterpretar sensaciones corporales comunes o anomalías leves como síntomas de patologías graves, incluso en ausencia de evidencia médica concreta: una distorsión perceptiva que desencadena un círculo vicioso de ansiedad y miedo, atrapando a la persona en un vórtice de pensamientos obsesivos sobre la propia salud. .

Cómo reconocer la hipocondría

Distinguir la hipocondriasis de un problema de salud normal puede resultar complicado, ya que los síntomas de este trastorno pueden superponerse a los de otras afecciones psicológicas.

Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) comparte un problema de salud excesivo con la hipocondriasis, pero en el TAG las ansiedades tienden a ser más generalizadas y no limitarse a esta área.

De manera similar, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) puede manifestarse con rituales similares a los comportamientos compulsivos de la hipocondría, como la revisión corporal repetitiva, pero en el TOC las obsesiones y compulsiones cubren una gama más amplia de temas.
La hipocondriasis también puede confundirse con trastornos somatomorfos, como el trastorno de síntomas somáticos, en el que predomina el malestar físico pero no tiene una base médica clara. Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y el trastorno bipolar, también pueden causar problemas de salud excesivos, pero tienen síntomas distintivos, como estado de ánimo deprimido o episodios maníacos. Cabe señalar que, en algunos casos, las preocupaciones hipocondríacas pueden ser provocadas por una afección médica real no diagnosticada.

Principales síntomas de la hipocondría.

Los síntomas de la hipocondriasis pueden variar, pero a menudo incluyen una variedad de manifestaciones físicas y conductuales. Entre los síntomas físicos más comunes se encuentran dolores o molestias en diversas partes del cuerpo, palpitaciones, mareos, trastornos gastrointestinales, fatiga y dificultad para concentrarse.

Los síntomas pueden ser reales o percibidos y, a menudo, son el resultado de la ansiedad y el estrés relacionados con la preocupación por la salud. Debemos tener en cuenta que estos síntomas también pueden estar presentes en muchas otras condiciones médicas o psicológicas y su presencia no necesariamente indica hipocondría.
La hipocondría también puede provocar ataques de pánico. La obsesión constante por las enfermedades y la mala interpretación de síntomas menores pueden provocar un estado de ansiedad crónica, aumentando el riesgo de sufrir ataques de pánico. Los comportamientos asociados con la hipocondría reflejan una preocupación excesiva y continua por la propia salud, lo que a menudo conduce a comportamientos que pueden parecer irracionales para quienes no experimentan el mismo nivel de ansiedad.

Comportamientos relacionados con la hipocondriasis

Los hipocondríacos vigilan constantemente sus síntomas físicos menores, malinterpretan las sensaciones corporales normales como signos de enfermedad, realizan visitas frecuentes al médico o solicitan pruebas diagnósticas, dudan de los diagnósticos médicos y buscan segundas opiniones, evitan situaciones, lugares o personas por miedo a contraer enfermedades, buscan compulsivamente buscan información médica en línea o en otros textos, y constantemente piden a otros que los tranquilicen sobre su salud. Estos comportamientos pueden interferir significativamente con la vida diaria de un individuo, dificultando el mantenimiento de una rutina normal.

Principales causas del trastorno hipocondríaco

La hipocondría es un trastorno complejo que no puede atribuirse a una única causa, sino que es el resultado de una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales. Estos incluyen una predisposición genética, experiencias traumáticas relacionadas con la salud en la infancia, trastornos de ansiedad o depresión preexistentes y acontecimientos vitales estresantes. Estos elementos contribuyen al desarrollo del trastorno, haciendo que algunas personas sean más vulnerables a la hipocondría que otras.

Tratar la hipocondría con la ayuda de un especialista

Si estás constantemente preocupado por tu salud y tienes miedo de sufrir hipocondría, busca ayuda. Un profesional de la salud mental puede evaluar cuidadosamente sus síntomas para distinguir la hipocondría de otras afecciones y brindarle el tratamiento más adecuado. Las terapias cognitivo-conductuales (TCC) son particularmente efectivas en el tratamiento de la hipocondriasis, ya que ayudan a cambiar los pensamientos y comportamientos disfuncionales asociados con el trastorno.

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