Allá Nueva Zelanda Dio un paso significativo en el campo de la psiquiatría, aprobando el uso médico de los psilocubosingrediente activo de los hongos alucinógenos que llaman así. Es una decisión importante, pero Muy limitado: El tratamiento solo puede ser administrado por uno Psiquiatra altamente calificadoProfesor Cameron Laceyy solo en casos de depresión resistente a otras drogas.
Aunque uno queda sustancia ilegal Para la población general, Psilocibina ha atraído cada vez más el interés de la comunidad científica. Los estudios publicados en revistas autoritarias han demostrado cómo este compuesto puede Promover la neuroplasticidad cerebralayudando a desbloquear mecanismos psicológicos patológicos.
El efecto psicodélico, si controlado y dirigido por profesionalespodría ser una herramienta terapéutica poderosa, especialmente para pacientes con Trastorno de estrés postraumático (TEPT) Y depresiones graves.
Australia en 2023 introdujo una legislación
Viceprimer Ministro y Ministro de Salud, David Seymour, enfatizó que es un Enfoque experimental y altamente regulado. Lacey, que ya ha realizado estudios clínicos sobre el uso terapéutico de los psicodélicos, será el único por ahora autorizado a la prescripción. La esperanza del gobierno es que otros profesionales también pueden estar en el futuro. obtener autorizaciónsiempre y cuando respeten estándares rigurosos.
Nueva Zelanda sigue el ejemplo de otros países pioneros como Australiaque en 2023 introdujo una legislación, y algunas jurisdicciones de Canadá Y Estados Unidos. A nivel mundial, sin embargo, la situación permanece fragmentada: en Europapor ejemplo, el debate todavía está fuertemente condicionado por la mentalidad del “Guerra contra las drogas“, Que lucha por aceptar la idea de un uso terapéutico de sustancias psicodélicas.
En este contexto se inserta la iniciativa Psicodelicareuna campaña que tiene como objetivo recolectar un millón de firmas Para Pídale a la Unión Europea que regule las terapias asistidas por Psychedelici. El objetivo es promover un enfoque más científico y pragmático, reconociendo el potencial terapéutico de las sustancias hasta ahora estigmatizadas.
Por lo tanto, la apertura de Nueva Zelanda representa una elección valiente y muy misteriosa, que podría inspirar a otros países Abandonar viejos prejuicios y evaluar estas terapias basadas en datos, no tabúes.