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¿Qué es peor que el efecto fantasma? “Submarining”: cómo defenderse de esta dinámica tóxica

Después de que una persona te ha engañado, es posible que reaparezca repentinamente sin disculparse ni dar explicaciones solo porque necesita atención: esto es “submarinismo”.

El “submarino”es un fenómeno reciente en la dinámica de las relaciones amorosas, que se suma al ya vasto vocabulario de las citas modernas. Este término describe el comportamiento de una persona que, después de desaparecer sin explicación (a través de fantasmas), reaparece de repente en la vida de aquellos a quienes había abandonado.

El submarinista, a diferencia de quienes practican el fantasma, por su ausencia, pero se comporta como si nada hubiera pasadoretomando la comunicación como si el tiempo nunca hubiera pasado. Este comportamiento puede resultar extremadamente desorientador para quien lo sufre, creando un sensación de ambigüedad y confusión.

Según los expertos, el submarinismo es típico de personas con rasgos narcisistas, poco maduros emocionalmente y con baja capacidad empática. Se trata de personas que temen las relaciones profundas y prefieren mantener vínculos superficiales, explotando a los demás para confirmarse personalmente o para aburrirse. El repentino resurgimiento del submarinista rara vez está motivado por un deseo genuino de volver a conectarse, sino más bien por una necesidad temporal de atención o entretenimiento.

No deberías dar una segunda oportunidad.

El aspecto más problemático del submarinismo es el impacto psicológico que puede tener sobre quienes lo padecen. El individuo a menudo se encuentra preguntándose acerca de motivaciones detrás del regreso del submarinista, alimentando dudas e inseguridades. Esto puede generar ansiedad, sensación de impotencia y frustración, ya que la persona afectada se encuentra manejando una situación ambigua sin tener las respuestas necesarias para comprenderla completamente.

Para defenderse de este comportamiento, los expertos recomiendan mantener una clara distancia y evitar dar una segunda oportunidad al submarinista. Es importante recordar que quién desapareció una vez sin explicación. podría hacerlo de nuevo.

Bloquear a la persona o ignorar los mensajes puede ser una estrategia útil para protegerse emocionalmente. En algunos casos puede resultar útil enviar un mensaje final en el que se requiere una explicación por comportamiento irrespetuoso, sabiendo que muchas veces no habrá una respuesta satisfactoria. Submarinizar es de hecho una dinámica tóxica y la única solución saludable es alejarte y no permitir que quienes lo practican vuelvan a entrar en tu vida.