Hablamos cada vez más de comida porque desde hace tiempo se entiende que lo que llevamos a la mesa todos los días tiene un impacto no solo en nuestra salud, sino también en el medio ambiente. Entonces surge espontáneamente la pregunta: ¿qué debemos comer todos los días para mantenernos sanos y al mismo tiempo salvaguardar al máximo nuestro planeta? Esta pregunta ahora tiene respuesta en el informe conjunto de la Comisión EAT-Lancet de 2025, que en realidad es una actualización de la primera edición de 2019.
Escrito por 70 científicos de 35 países, expertos en nutrición, salud pública, ecología y economía, el documento analiza cómo el sistema alimentario global afecta la salud humana, la sostenibilidad ambiental y la justicia social.
En el centro del informe se encuentra la Dieta de Salud Planetaria (PHD), una dieta predominantemente vegetal, equilibrada y sostenible, que según los expertos podría prevenir hasta 15 millones de muertes prematuras al año entre los adultos, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, accidentes cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer e incluso enfermedades neurodegenerativas.
El informe confirma que nuestro estilo de alimentación global presenta importantes desequilibrios. En Estados Unidos, Canadá y Europa, el consumo de carnes rojas y productos lácteos supera con creces las recomendaciones de la Dieta de Salud Planetaria (PHD), mientras que en África subsahariana y partes del sur de Asia, las dietas son demasiado pobres en nutrientes.
El documento también destaca que el 30% más rico de la población mundial es responsable de más del 70% de los daños ambientales relacionados con los alimentos. Al mismo tiempo, alrededor de 2.800 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable y 1.000 millones están desnutridas, mientras que muchas viven con obesidad, lo que pone de relieve un sistema alimentario que no funciona ni para los que tienen demasiado ni para los que tienen muy poco.
Pero, ¿cómo sería realmente la dieta ideal?
La dieta de la salud planetaria (PHD)
Según la Comisión, una dieta sana y sostenible se basa principalmente en alimentos vegetales, con un consumo moderado de alimentos de origen animal. No es una dieta ideológica ni restrictiva, sino todo lo contrario, es flexible y adaptable a diferentes culturas, edades y condiciones económicas. Los beneficios también se pueden obtener simplemente cambiando las proporciones de los alimentos en el plato, aumentando los alimentos de origen vegetal y reduciendo aquellos con alto impacto ambiental y bajo valor nutricional.
Alimentos vegetales (el pilar de la dieta)
Ésta es la cantidad de alimentos vegetales que debe consumir un adulto en una dieta con una ingesta media de unas 2400 kcal/día:
Alimentos de origen animal (consumir con moderación)
Estos son los alimentos de origen animal con sus respectivas cantidades:
Grasas, azúcares y sal.
Respecto a las sustancias más controvertidas de nuestra dieta, el informe propone:

Beneficios para la salud e impacto en el medio ambiente.
Numerosos estudios científicos confirman las ventajas de adoptar un estilo de alimentación predominantemente vegetal, como el que propone la Dieta Salud Planetaria. Quienes siguen una dieta rica en verduras, frutas, legumbres y cereales integrales reducen significativamente el riesgo de desarrollar múltiples patologías al mismo tiempo, la llamada multimorbilidad, con una disminución estimada del 32%, independientemente de la edad.
Además, elegir una dieta saludable después de los 40 años aumenta tus posibilidades de llegar a los 70 años sin enfermedades crónicas, mejorando tu calidad de vida y reduciendo el riesgo de padecer afecciones como diabetes, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer y demencia. Estos beneficios no conciernen sólo a los adultos, sino que se extienden a todas las etapas de la vida: de hecho, una dieta equilibrada puede influir positivamente en la salud incluso de los más jóvenes y ayudar a prevenir futuros problemas de salud.
Luego está la cuestión medioambiental. El sistema alimentario mundial es una de las principales causas de la crisis ecológica: la producción, distribución y consumo de alimentos son responsables de alrededor del 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y contribuyen significativamente a la pérdida de biodiversidad, la deforestación y la contaminación de los recursos hídricos.
Según los expertos, la adopción global de la dieta planetaria podría reducir a la mitad las emisiones relacionadas con los alimentos para 2050, un efecto comparable al cierre de todas las plantas de carbón del planeta. Por último, esta dieta también representa una herramienta de justicia alimentaria, capaz de reducir el desperdicio y las desigualdades, garantizando al mismo tiempo alimentos suficientes para una población mundial estimada en alrededor de 9.600 millones de personas de aquí a 2050.
Puedes leer el informe completo AQUÍ.