La conservación de la vida silvestre es un ejercicio de persuasión humana. Puede parecer contradictorio que tengamos las claves para la supervivencia de la vida silvestre, pero el 98% de todas las especies amenazadas lo están exclusivamente por actividades humanas como la contaminación, las especies invasoras o la pérdida de hábitat.
Influir en el comportamiento humano en beneficio de la naturaleza es difícil, pero se puede lograr. En el caso del halcón de Amur, encontramos que la legislación y la aplicación de la ley lograron detener la caza de esta ave rapaz migratoria y mantener cambios en las prácticas de caza. Pero la clave del éxito consistió en fomentar el orgullo local por el ave, además de ofrecer incentivos económicos.
El halcón de Amur es un ave del tamaño de una manzana que viaja anualmente desde Siberia a África y viceversa, lo que equivale en total a seis viajes de Londres a Nueva York. Una parada clave en el viaje de las aves son los bosques de Nagaland, en el noreste de la India.
Desde su construcción en 2000, un embalse artificial sobre el río Doyang de Nagaland ha atraído un gran número de termitas aladas, lo que a su vez ha aumentado el número de halcones de Amur que se detienen para alimentarse de estos insectos. A medida que aumentó el número de halcones, se convirtieron en objetivos muy fáciles para los cazadores locales, para quienes la caza de vida silvestre es una parte integral de su cultura tradicional. Estas aves eran cazadas como alimento y comercializadas en los mercados locales, generando importantes ingresos estacionales para los cazadores.
En noviembre de 2012, la magnitud de la caza en el embalse de Doyang, particularmente en la aldea de Pangti, llamó la atención de conservacionistas como nosotros, quienes estimamos que se estaban cazando entre 120.000 y 140.000 aves (alrededor del 10% de la población adulta mundial). capturado en sólo diez días. Estas aves se detuvieron en el embalse de Doyang para engordar antes de migrar a África, pero quedaron atrapadas usando redes de pesca colgadas de los árboles.
La organización benéfica medioambiental Conservation India encabezó una campaña mediática mundial. Un cortometraje contundente, La masacre del halcón de Amur, se compartió en línea para mostrar el verdadero horror y la escala de esta caza. Los conservacionistas intentaron aprovechar la membresía de la India en la Convención sobre Especies Migratorias, y esa presión llevó al gobierno indio a asumir un compromiso global para proteger especies, incluido el halcón de Amur.
El gobierno tomó medidas rápidas. Advirtió a los aldeanos de Pangti que, a menos que se detuviera la caza, se cortaría la financiación para proyectos de desarrollo cruciales. Ante esta amenaza, el consejo del pueblo impuso una prohibición de cazar halcones en 2013, sin consultar a la comunidad en general.
Esa decisión fue profundamente impopular entre los aldeanos locales. La caza de halcones había sido una importante fuente de ingresos y muchos aldeanos se resistían a la prohibición. Aunque la caza cesó, la confianza local en el liderazgo del consejo era baja porque la prohibición se consideraba autoritaria.
Sin embargo, la decisión fue respaldada por incentivos financieros y divulgación ambiental de organizaciones caritativas y el departamento forestal del gobierno. Esto ayudó a replantear a los halcones como “invitados de honor” y a conectar a la población local de manera más empática con las aves. Se desalentó activamente la caza; finalmente, cesó por completo.
Para 2017, un sentimiento de orgullo comenzó a crecer dentro de la comunidad. Los premios y reconocimientos de organismos externos, incluido el gobierno indio, por los esfuerzos de conservación de Pangti ayudaron a crear una imagen positiva de la aldea en todo el mundo. Se fortaleció el vínculo emocional de la comunidad con los halcones. Los aldeanos incluso rezaron por los halcones etiquetados con satélites antes de liberarlos. La conservación del halcón se convirtió en un símbolo de identidad y orgullo local, lo que ayudó a superar la resistencia inicial a la prohibición de la caza.
Esto permitió que se ampliaran las medidas de conservación. La comunidad prohibió las armas de aire comprimido para impedir la caza de pájaros pequeños y amplió la prohibición de caza para cubrir toda la vida silvestre durante seis meses al año. Estas acciones demostraron que la comunidad no sólo estaba haciendo cumplir las reglas gubernamentales; estaba creando activamente nuevas iniciativas de conservación propias.
El poder de la persuasión
Las acciones humanas impulsan los resultados de la biodiversidad. Estos pueden ser destructivos, como la caza furtiva, o protectores, como la conservación liderada por la comunidad. El fin de la matanza indiscriminada del halcón de Amur en Nagaland pone de relieve que, si bien el cambio de comportamiento puede tener lugar en un período corto, mantenerlo a largo plazo suele ser mucho más difícil.
Por ejemplo, si bien la prohibición inicial fue eficaz para eliminar rápidamente la caza, el paso de la resistencia al orgullo por la conservación de los halcones tardó años en desarrollarse por completo. Mantener este cambio ha requerido un compromiso comunitario continuo y un sentimiento de orgullo por la especie.
La narración visual (en este caso, una película ampliamente compartida en las redes sociales) también puede desempeñar un papel poderoso a la hora de convertir los problemas locales en globales. La atención internacional que se llamó la atención sobre la caza insostenible del halcón de Amur fue fundamental para impulsar la acción gubernamental. Esto muestra cómo la exposición de los medios globales puede elevar un problema de conservación local, creando una sensación de urgencia que obliga a las autoridades a actuar.
Sin embargo, si bien las campañas en los medios pueden impulsar rápidamente cambios de políticas, no siempre conducen a un cambio de comportamiento duradero. Las campañas que se basan en la conmoción y la urgencia pueden alienar a las comunidades locales y crear resistencia.
El cambio de comportamiento sostenible requiere generar confianza, comprender los valores locales y apoyar el liderazgo comunitario. El verdadero cambio ocurre cuando las personas se sienten empoderadas y ven los beneficios de sus acciones, no simplemente cuando se sienten presionadas a cumplir.
Diogo Veríssimo, investigador en marketing de conservación, Universidad de Oxford y Sahila Kudalkar, candidata a doctorado en Desarrollo Sostenible, Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales, Universidad de Columbia, Universidad de Columbia